Farianas, experiencias desde la insurgencia

Farianas, experiencias desde la insurgencia

Farianas, experiencias desde la insurgencia
Dilia Consuelo Fuertes, Sandra Carolina Suárez 

El interés del presente artículo fue realizar una aproximación a las experiencias de mujeres insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en el escenario del conflicto armado, antes de la firma del Acuerdo Final de Paz. Los referentes analíticos se enunciaron desde dos perspectivas: los estudios de paz y el feminismo. El abordaje metodológico fue cualitativo, a través de técnicas dialógicas con mujeres firmantes de paz en proceso de reincorporación. Se indagó acerca del rol de las mujeres en la transformación de las sociedades, la construcción de paz y las garantías de no repetición frente a los distintos tipos de violencias que confluyeron durante el conflicto armado en Colombia. Este trabajo recoge lo expresado por las mujeres con respecto a la igualdad, feminidad, vida comunitaria, maternidad y cuidado, todo lo anterior mediado por el contexto sociohistórico de la guerra en el país.

Introducción

Este trabajo hace referencia al agenciamiento de las mujeres en la acción colectiva de la lucha insurgente desde las voces y las experiencias de las integrantes de las FARC-EP antes de la firma del Acuerdo Final de Paz (AFP) (“Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto…”, 2016).

Los conflictos armados constituyen fenómenos complejos, asociados a la destrucción de lo material e inmaterial, la generación de desigualdades y la profundización de brechas en los contextos donde se desarrollan. Estos guardan correspondencia con la violencia estructural e histórica, las relaciones de poder y la discriminación contra poblaciones, en especial, contra las mujeres. Sin embargo, dichos conflictos también han impulsado el desarrollo de la creatividad, nuevas formas de relacionamiento y la innovación entre sus actores. En este sentido, resaltar a las mujeres como actores políticos en la lucha insurgente y en la transformación social es un fenómeno que va en contravía de los cánones convencionales.

Este artículo consta de la presente introducción, la cual desarrolla los antecedentes, la recopilación de fuentes que contribuyen a delimitar el tema de estudio y planteamiento del problema, los referentes analíticos para interpretar las experiencias de las mujeres en la insurgencia, y la estrategia metodológica empleada. Luego, se exponen los principales hallazgos, enmarcados en un breve contexto sociohistórico sobre el agenciamiento y la acción colectiva de las mujeres en la insurgencia; y se abordan los resultados en relación con las experiencias de las mujeres en las FARC-EP, realizando un contraste con lo planteado por otros autores y autoras sobre el tema. Finalmente, se plantean algunas reflexiones para señalar las principales contribuciones a la construcción de paz y la no repetición desde la voz de las mujeres farianas.

Subjetividades desde la voz de las mujeres insurgentes de las FARC-EP
Tejiendo memoria: el derecho a la rebelión ejercido por las mujeres farianas

La participación de la mujer al interior de las FARC-EP se fue configurando de acuerdo con el contexto social, económico, político y la dinámica del conflicto armado entre la insurgencia y el Estado colombiano. El origen de esta organización data de la resistencia campesina contra la violencia bipartidista y el despojo de la tierra; de esta forma, hacia el año 1950 nació una autodefensa de carácter rural en uno de los destacamentos del sur del Tolima6, liderada por los comunistas Manuel Marulanda Vélez y “Charro Negro”. De este proceso de la acción guerrillera de autodefensa campesina surgió el destacamento denominado “el Davis”, cuya conformación fue civil y militar. Mujeres, ancianos y niños salieron al monte, junto a los guerrilleros, para ser protegidos de la violencia bipartidista (Marulanda-Vélez, 2015).

La conformación del campamento del Davis contó con la participación de un comité de más de cuatrocientas mujeres, quienes cada semana se reunían a estudiar temas relacionados con la política, la familia y los niños, y organizaban otros comités para desarrollar labores de lavado de ropa, aseo, cocina, enfermería y búsqueda de alimentos. Ellas hacían parte de las estructuras de célula de partido, pero no era permitido su ingreso a la guerrilla bajo el imaginario de que, mientras existieran hombres guerrilleros suficientes, las mujeres no tenían por qué hacer frente a la guerra (Alape, 1989).

Un hito en la historia de las FARC-EP fue el ataque a Marquetalia7, tras la decisión del expresidente Guillermo León Valencia (1962-1966) de bombardear las llamadas repúblicas independientes en el año 1964. Según el relato de Jacobo Arenas (1965), en este ataque cayó asesinada una mujer llamada Georgina Ortiz. Ella tenía 23 años, era integrante del comité femenino y el día de su muerte había enviado una carta a las mujeres de Colombia denunciando las violaciones de las Fuerzas Armadas contra el campesinado en Marquetalia. A pesar de la res-tringida participación en la actividad militar, Georgina fue la segunda persona asesinada en dicha operación. De la historia de la fundación de las FARC-EP en Marquetalia se conoce la presencia de 48 liderazgos, entre estos, dos era ejercidos por mujeres: Miryam Narváez y Judith Grisales.

En la década de 1980, la represión político-militar del presidente Turbay Ayala y el genocidio político contra la Unión Patriótica (UP)8 dio paso a la llegada de mujeres a la guerrilla por convicciones políticas. Ellas empezaron a destacarse en tareas relacionadas con propaganda (fotografía principalmente), comunicaciones, como estafetas —cuyo rol consistía en ser emisarias de cartas entre estructuras guerrilleras, y en sanidad para atender los casos de salud en la insurgencia. Sin embargo, para esta época, la guerrilla de las FARC-EP estaba conformada principalmente por hombres con muy poca atención a las necesidades de las mujeres.

Al inicio cuando yo llego a la guerrilla, cuando llego al frente, la guerrilla no era de mujeres, la guerrilla era de hombres, la guerra es de hombres, las mujeres como si no existiéramos, siempre en todos los procesos era el hombre (...) entonces no se tenían en cuenta las necesidades de las mujeres (...) entonces nos tocó empezar a pedir las cosas nuestras, las cosas urgentes de cada mes, por ejemplo, las toallas, la planificación (...) en una lucha de 12 o 15 mujeres que ingresamos nuevas, en el año 82. (Sandra Ramírez, comunicación personal, 27.12.2020).

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Un artículo escrito por: Fuertes-Chaparro, Dilia Consuelo; Suárez-Quilaguy, Sandra Carolina (2023). Farianas, experiencias desde la insurgencia. Revista CS, 41, a 05. https://www.doi.org/10.18046/recs.i41.05

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