24 Mar “Después de la tormenta”, ¿Cuándo llegará la calma?
“Después de la tormenta”, ¿Cuándo llegará la calma?
Salir de la guerra suena como una frase cliché, un lugar común pero para las personas que la vivimos en carne propia, esta frase tiene un significado inmensamente valioso, es el re- encuentro, es la oportunidad, es el sueño, la esperanza, la vida. Los hombres y mujeres que conformamos guerrilla de las FARC-EP abrazamos la bandera de la paz, prometimos que nuestra única arma seria la palabra y hasta ahora la gran mayoría lo hemos cumplido.
Y aunque las dificultades han sido muchas, el compromiso ha sido inagotable, prueba de ello son los proyectos productivos colectivos que se han convertido en uno de los grandes motores de la reincorporación social y económica nuestra. Uno de ellos ha sido la Cooperativa Multiactiva por un Nuevo Campo Colombiano -COAGRANCC, ubicada en la vereda el Turpial en Mesetas, Meta, un proyecto de ganadería multipropósito para la producción y comercialización de carne, huevos y reces de cría que en sus inicios agrupó a 85 familias firmantes de la paz y que se ha convertido en el sustento económico de las y los asociados.
Para Uilber Vanegas, gerente de la forma asociativa, lograr conformarse fue un proceso largo, pero este logró avanzar gracias a la afinidad que tenían con los pobladores de las regiones donde operaron en sus años de vida guerrillera, es justamente por este vínculo con la gente y el territorio que lograron que un campesino del territorio les arrendara un predio para implementar su proyecto productivo de ganadería, a cambio de un pago anual por el uso de la tierra. Y aunque el ideal siempre fue la compra de la tierra con el pasar de los años se convirtió en una utopía.
El proyecto que hoy cuenta con más de 300 reses fue adquirido con el capital semilla de las y los asociados y aunque no tenían todas las claridades respectivas al proyecto, confiaron en la asistencia técnica del gobierno y de algunos actores que aunque fueron importantes para el proyecto también generaron muchas dificultades pues como indica Uilber, “muchos de ellos sólo cobraban pero no nos enseñaban”.
Pese a ello y gracias al esfuerzo del colectivo luego de algunos años el crecimiento del proyecto fue imparable y con ello su motivación y expectativas. Todo marchaba bien, recibían ingresos producto de la comercialización de leche, queso y hasta lograron vender algunas crías del ganado, pero esto duró poco, pues hace cerca de dos meses el propietario del predio arrendado les anunció que vendería la propiedad, por lo tanto les daría un plazo no prudencial para que le desocuparan, esto les puso en serios apuros, ¿qué hacer con más de trecientas reses cuando no cuenta con una hectárea de tierra.?
Es en medio de dicha situación que iniciaron gestiones en la búsqueda de soluciones pero contrario a ello, una situación más grave les sorprendió el martes 15 de marzo cuando llegó la noticia de que deberían desplazarse del territorio y tendrían solamente 30 días para desalojar el ETCR Mariana Páez, lugar donde habitan la gran mayoría de los asociados de COAGRANCC. En esta ocasión no solamente el proyecto está en riesgo sino la seguridad y el arraigo de más de 200 familias que hoy tienen que buscar un nuevo espacio para realizar su reincorporación social.
Hoy el esfuerzo para consolidar su proyecto productivo, sus viviendas, sus familias y su arraigo se ven obstaculizados por la falta de garantías por parte del Estado para las y los firmantes de paz.
La tristeza nos invadió no sólo porque tendrán que acabar su proyecto de ganadería ante la ausencia de un predio que les permita continuar, sino porque ahora deben salir con sus sueños a cuestas, cómo en otras épocas
Dada la grave situación y pese a las gestiones que promete el Alto Comisionado para la Paz, los firmantes del espacio tendrán que desplazarse, no por gusto ni decisión sino por falta de garantías para su seguridad , pues son conscientes que las gestiones gubernamentales se reducen a ampliar el pie de fuerza militar en el territorio, sin entender que esto no podrá garantizar a largo plazo ni su seguridad física ni humana,
Hay cosas que se le salen de las manos al Estado, no nos pueden garantizar nuestra seguridad ante la amenaza latente.
Nos solidarizamos con las familias que se encuentran en el limbo pues no es fácil vivir en incertidumbre, con miedo del provenir, sin claridades de que camino tomar, esperamos que esta situación tenga pronta solución por el bien de todas las personas allí agrupadas, y la comunidad que les recibió y que por fin llegue esa calma que prometen después de la tormenta que para las y los firmantes ha sido tan esquiva.
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