Una reincorporación comunitaria y territorial

Una reincorporación comunitaria y territorial

La apuesta del V encuentro nacional de Reincorporación

Firmantes de paz se dieron cita en el en el Quinto encuentro de reincorporación, evento que tuvo la participación de más de cien delegados y delegadas de todas las regiones del país y junto al equipo técnico del Consejo Nacional de Reincorporación Comunes, compuesto por profesionales que se la juegan por apoyar a las y los firmantes en la construcción de la paz y la reincorporación.

Una de las participantes del evento fue Nidia Arcila, o “La Cacika Atahualpa” como ella prefiere ser llamada, una lideresa firmante de paz que trabaja en el enfoque étnico dentro de la implementación del acuerdo. Luchadora férrea por la defensa de la vida y de la paz, a quien las balas asesinas le arrebataron su compañero de vida el año pasado y aunque esto partió su corazón, sus sueños y su vida, ella no ha permitido que se apague su  espíritu de lucha como “mujer anti-imperialista” , al contrario como lo resalta

Los excombatientes de las FARC, no estamos amilanados, estamos llenos de valor y dispuestos a luchar cada día por la paz de nuestro país

Para ella este evento ha sido muy importante, ya que ha permitido diseñar planes para el trabajo de este nuevo año con miras a la creación del Sistema Nacional de Reincorporación buscando que este haga parte del Plan Nacional de Desarrollo, también resalta  de este encuentro, el debate sano en un ambiente de compañerismo y fraternidad sobre temas como la reincorporación para las personas con discapacidad o enfermedades de alto costo, las mujeres firmantes, los adultos mayores a la vez que se analiza el escenario con miras a la participación política en las elecciones regionales que se desarrollaran este año.

La Casika resalta por otro lado que, aunque lo político es importante, el evento también ha sido una maravillosa oportunidad para reencontrarse con muchos de sus compañeros y compañeras que desde hace años trabajan por la reincorporación desde los territorios, pues en este escenario coinciden sus deseos y aspiraciones en que el actual gobierno les permita construir esa paz con enfoque comunitario y territorial y que no se siga apagando la vida de quienes le apostaron a la paz. Fueron tres días de arduo trabajo y camaradería que ella concluye con la siguiente frase “que la paz no nos cueste la vida, que Colombia por fin pueda salir de ese remolino de guerra que la ha azotado por más de 5 décadas”

Esta mujer para quien la lucha no ha terminado asegura que continuará su trabajo por la vida y la memoria no solo de su compañero Ramiro Durán sino por los más de 356 firmantes asesinados desde la firma del acuerdo. “Gracias a este encuentro hemos compartido y recibido las propuestas e insumos desde los territorios, esto hace más fuerte el proceso, a la vez que aboga para que la reincorporación cobije a las familias de los excombatientes y las comunidades que habitan”. Lo que espero este año y los próximos es  que a nadie se le obligue por medio de amenazas y muerte a abandonar sus territorios y que se pueda hablar de paz sin tapujos.

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